La
vergonzosa solución del gobierno de Humala ha sido declarar el estado de
emergencia en la región.
Perú en
decisiva batalla contra el extractivismo
Raúl Zibechi
01 mayo 2015
La Jornada
Tomado de: Jornada.unam.mx
Desde fines
de marzo los campesinos de la provincia Islay, en la región Arequipa, sur
peruano, enfrentan a una de las más poderosas multinacionales mineras, Southern
Copper, que pretende abrir una mina de cobre en el valle de Tambo. A lo largo
de más de un mes, han contando con la solidaridad activa de los trabajadores de
la construcción, profesores y pobladores urbanos de la Asociación de
Urbanizaciones Populares de Arequipa.
La Southern
Copper tiene una negra historia en Perú. Comenzó a explotar una mina a cielo
abierto en Toquepala, en 1956, el mayor yacimiento de cobre del país, y
construyó una refinería en Ilo, en 1960, ambas en el departamento de Moquegua,
vecino de Arequipa. En 1976 abrió una segunda mina, más grande aún, Cuajone, en
el mismo departamento.
Durante años la Southern fue el mayor contribuyente del
Perú.
Un reciente
informe del diario conservador El Comercio, ferviente partidario de la minería,
reconoce que en la región sur todavía muchas personas tienen vivos recuerdos de
las enormes nubes negras que emanaban de la refinería, lo que ha afectado la
imagen y credibilidad de la empresa. “Cuando Southern empezó sus operaciones en
los años cincuenta, contaminó severamente la costa producto de sus procesos de
fundición y la creación de relaves” (El Comercio, 12 de abril de 2015).
Vale
destacar que la región sur tiene un importante valor estratégico ya que
concentra importantes corredores de la IIRSA (Iniciativa para la
Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), en particular los ejes
Interoceánico Central y Perú-Brasil-Bolivia, donde tres importantes puertos
(Ilo, Marcona y Matarani) ofrecen una rápida salida, a través de la Carretera
Interoceánica, a la producción agropecuaria e industrial brasileña con destino
asiático.
Los trabajos
de exploración para la nueva mina Tía María comenzaron 1994, y en 2007 la
Southern (ya en manos del Grupo México) anunció su plan de inversiones. La
población desde un principio rechazó el emprendimiento, que supone inversiones
de unos 1.400 millones de dólares en la primera fase, ya que asume que la
minera usará el agua que se utiliza para la agricultura. Desde 2010 la
oposición se fue convirtiendo en movimiento permanente.
En 16 de
marzo de 2011, la población conoció por el Frente de Defensa del Valle de
Tambo, un informe de impacto ambiental de la Oficina de las Naciones Unidas de
Servicios para Proyectos que aseguraba que la empresa no tenía un estudio
hidrogeológico de la zona. La respuesta a la burla fueron masivas
manifestaciones de rechazo en las que hubo tres muertos y cincuenta heridos. El
gobierno rechazó el estudio de impacto de la empresa y el proyecto quedó
congelado.
Pero en
agosto del 2014, el Ministerio de Energía y Minas aprobó el segundo estudio de
impacto ambiental asegurando que se habían subsanados las observaciones. Esa
decisión disparó la actual movilización que cuenta con el apoyo de los tres
alcaldes del Valle de Tambo que participan activamente en la protesta.
La empresa
minera con sede en México tiene serios cuestionamientos. El
Organismo de
Evaluación y Fiscalización Ambiental multó 14 veces a Southern Copper. En enero
de 2015, la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental pidió dos años y medio
de pena privativa de la libertad y el pago de una reparación civil de un millón
de dólares para el presidente ejecutivo de Southern Perú, el mexicano Óscar
González Rocha, por el delito de contaminación ambiental en el mar de Ilo
(https://redaccion.lamula.pe/2015/03/31/5-claves-para-entender-el-conflicto-por-tia-maria/jorgepaucar/).
Al comenzar
el paro indefinido el 23 de marzo, el gobierno peruano decidió enviar dos mil
policías al Valle de Tambo, que ya provocaron un muerto y decenas de heridos.
El gerente de Relaciones Institucionales de la Southern Copper, Julio
Morriberón, contratado para hacer trabajo de campo con los agricultores, dijo
que los opositores son “terroristas antimineros”. Aunque luego fue desmentido
por la empresa, la campaña va a más. Un ex congresista declaró que Marco Arana,
que dirige la ONG antiminera Grufides, es el sucesor del senderista
Abimael Guzmán.
Mientras el
gobierno rechaza la posibilidad de hacer una consulta ciudadana sobre la
minería, los medios afines al oficialismo sostienen que en el valle de Tambo
hay una mayoría silenciosa a favor de la mina que está siendo sometida por una
minoría. El 26 de abril el diario La República publicó una encuesta nacional
donde el 51% de la población opina que “los pobladores tienen razón, el
proyecto va a contaminar y las acciones que plantea la minera para evitar eso no
son suficientes”, frente al 32% que le creen a la minera
(http://www.larepublica.pe/26-04-2015/62-cree-que-cateriano-debe-priorizar-plan-de-seguridad).
Tres
problemas mayores aparecen ante la resistencia popular.
El primero
es que Perú no es cualquier país. Es una pieza estratégica en el control de la
región sudamericana, tan importante como Colombia, ahora que el Pentágono no
puede contar con Venezuela. Tiene una larga historia de luchas, pero también de
masacres y exterminios, incluyendo una guerra con 70 mil muertos en la década
de 1990.
Segundo, la
minería no es cualquier actividad, sino aquella que ostenta el mayor grado de
militarización del modelo extractivo. Perú es, junto con México y Chile, el
país que concentra más conflictos mineros según el Observatorio de Conflictos
Mineros de América Latina. Entre los grandes países de la región, son los tres
donde el militarismo ha convertido a las comunidades indias, negras y mestizas,
rurales y urbanas, en campos donde se impone el estado de excepción permanente.
Tres, aunque
la inmensa mayoría del pueblo peruano está en contra del modelo minero, la
afirmación del gerente de Southern Copper de que los antimineros son
terroristas no es un desliz, sino algo que no deberíamos olvidar: consideran a
los de abajo, y no sólo a los que resisten, como enemigos a exterminar.
Imagen de: https://elpezcuezo.files.wordpress.com
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