
Los bancos están, una vez más, de
actualidad. La opinión pública tiene la sensación de que son uno
de los grandes causantes de la crisis que asola el planeta, y que, no
obstante, son los principales beneficiarios de las medidas adoptadas
por los gobiernos. Incluso en época de vacas flacas siguen
presentando beneficios millonarios, y cualquier persona tiene
presente los mil y un instrumentos que, en forma de comisiones,
cargos incorrectos, fluctuación de los tipos de interés, etc., les
ayudan a engrosar sus cuentas de resultados. Los bancos siempre
ganan, y quienes pierden son, invariablemente, los ciudadanos,
convertidos en simples clientes.
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